Uber y el Transporte Público: una Relación Complicada

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En el año 2018, el uso de la aplicación Uber alcanzó a más de 600 ciudades en 65 países alrededor del mundo. Utilizando un modelo de negocios agresivo, y a pesar de múltiples acusaciones e investigaciones relacionadas con la discriminación de género y el acoso sexual, la compañía se ha consolidado como un importante jugador en la industria del transporte. El mercado del “ride-sharing” ha crecido a pasos agigantados en los últimos años y Uber compite con otras empresas como Lyft, Easy Taxi y Via. En enero de 2019 en la ciudad de Nueva York, las aplicaciones Uber y Lyft procesaron más de 460 y 149 mil viajes por día respectivamente, contrastando con los alrededor de 270 mil viajes diarios realizados en taxímetro. Dada esta tendencia de mercado es importante determinar cómo afecta la entrada de este actor a la demanda del transporte público de una ciudad. A la hora de formular políticas públicas urbanas, es crucial entender si estos nuevos jugadores complementan o compiten con el sistema de transporte público.

En esta línea, en un estudio reciente, Jonathan D. Hall, Craig Palsson y Joseph Price (University of Toronto, Utah State University y Brigham Young University, respectivamente) estudian si el ingreso y la penetración de mercado de Uber complementan o sustituyen al transporte público en el marco de ciudades estadounidenses. Por un lado, al ser un modo alternativo de transporte, los usuarios podrían dejar de utilizar al transporte público y comenzar a usar el “ride-sharing”. Alternativamente, su uso podría solucionar el problema conocido como “la última milla”. Este problema reside en que los horarios y las rutas de transporte público, ya sean trenes u omnibuses, son fijas y en algunos casos, lejanas o poco accesibles. Siguiendo esta lógica, consumidores podrían utilizar a este medio para poder acceder a la red de transito público, hábito que antes no tenían.

Los autores utilizan datos de 196 áreas estadísticas metropolitanas (AEM) de Estados Unidos donde Uber ha tenido presencia de 2004 a 2015. Al respecto, se estima que esta información incluye al 98 por ciento de todos los viajes realizados en transporte público en el país norteamericano. El estudio contempla si la aplicación ha entrado a un mercado y el grado de penetración que presenta. Para medir este fenómeno, los autores utilizan datos de Google Trends (datos de búsquedas en Google), los cuales están fuertemente correlacionados con la cantidad de conductores por persona en las AEMs para las cuales cuentan con dicha información.

Utilizando un método econométrico de diferencias en diferencias, los autores comparan el cambio en el uso del transporte público en las AEMs en donde ingresa Uber relativo a aquellas zonas en las que aún no está presente. De esa manera, encuentran que no hay un cambio estadísticamente significativo en el uso del transporte público con la entrada de Uber al mercado. Sin embargo, conforme los niveles de penetración se alejan de la media (una desviación estándar) – es decir, cuando su uso se hace más común – el uso del transporte público aumenta en promedio 1.4 por ciento.

Es importante tomar en cuenta que los autores expresan que los efectos no son uniformes. En ciudades con una población por debajo de la mediana de la muestra utilizada, los resultados indican una reducción en el uso del transporte público cercana al 0.5 por ciento a partir del incremento en la penetración de mercado de Uber. Para las grandes urbes, aquellas ciudades que cuentan con una población por encima de la mediana de la muestra, el uso aumenta en un 1.8 por ciento. Otra variable en la que los resultados presentan heterogeneidad es en el tamaño de la agencia de transporte. Para aquellas agencias que se ubican por debajo de la mediana en términos de usuarios de transporte público, el efecto de complementariedad es más fuerte y del orden del 6 por ciento, mientras que el uso de agencias grandes disminuyó 2.1 por ciento.

Los resultados de este estudio muestran que regular de forma uniforme a Uber sería ineficiente y es necesario tomar en cuenta las características de las ciudades y sus agencias de transporte. En líneas generales, este trabajo presenta evidencia que sigue la línea de estudios anteriores: en las ciudades norteamericanas Uber ha aumentado el acceso al transporte público en términos netos. De todas formas, es importante remarcar que el efecto es positivo (aumento en el uso del transporte público) para agencias pequeñas en grandes ciudades y negativo para grandes agencias en poblados menores.

 

Article source: Hall, Jonathan D., Craig Palsson, and Joseph Price, “Is Uber a Substitute or Complement for Public Transit?” Journal of Urban Economics, Vol. 108. (2018): 36-50.

Featured photo: cc/(Andrei Stanescu, photo ID: 1180489419, from iStock by Getty Images)

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